Cada fin de año los analistas y estrategas económicos hacen acopio de sus predicciones para el comportamiento de la economía mundial y doméstica.
Si bien temas como el estímulo monetario, la guerra comercial, el gane de las elecciones en EE. UU. por el presidente electo Biden, cobran especial interés en el panorama político y económico mundial, nada requiere mas atención que la pandemia mundial provocada por el COVID 19.
Hasta el momento los contagios alcanzan 84.1 millones de personas, habiéndose recuperado 47.4 millones y fallecido 1.83 millones de personas. Pese a lo anterior aparentemente el panorama para el 2021 es mucho más claro en el mundo bursátil y muestra diferentes indicios de ser más el inicio de la tan ansiada reactivación. Es muy probable que la recuperación económica continúe y el ciclo temprano caracterizado por el retorno de la confianza juegue a favor de los activos de riesgo, en especial de la renta variable en aquellas geografías más sensibles al ciclo económico, las cuales podrían presentar aún mejores rendimientos como es el caso de los mercados emergentes y Europa.
Lo anterior con base a que pesar de esta tragedia global, los retornos de muchas clases de activos superaron los pronósticos de los estrategas de inversión. Inversionistas que mantuvieron la calma y disciplina durante la crisis deberían tener rendimientos muy satisfactorios en sus portafolios de inversión. Claro, todo es siempre fácil de juzgar y analizar en la retrospectiva, pero durante los peores momentos de la crisis con fuertes caídas en las bolsas, fue un verdadero desafío psicológico para los asesores financieros y los inversionistas.
Es muy probable que la tendencia en el mundo bursátil siga siendo positiva como consecuencia de las medidas de apoyo en política fiscal y monetaria emitidas para el combate a los efectos económicos causados por la pandemia. Ejemplo de ello es que la crisis ha sido un fuerte e indiscutible catalizador para una aceleración de algunas mega tendencias, como la transformación digital, robótica, sostenibilidad y energía alternativa. Es por ello por lo que, explorar nuevos segmentos de inversión y favorecer una estrategia en la cual se compone de una mezcla entre inversiones de crecimiento y de valor, hace sentido.
Sin embargo, hay que prestar especial atención desde ahora al posible alto nivel de deuda y tendencias inflacionarias que causarán estas medidas y la posible impresión masiva de dinero. Aunque en el corto plazo es probable que esto provoque que las tasas se mantengan bajas y los bancos centrales compren más bonos y no se tenga austeridad fiscal.
Obviamente todo pasa por una impresionante cantidad de riesgos relacionados a la pandemia, el proceso y la eficacia de vacunación, tensiones sociales, tensiones entre EE.UU. y China, el resultado del BREXIT, el accionar de la nueva gestión de gobierno de los EE.UU. etc. Además, como descrito arriba y experimentado en 2020, siempre habrá incertidumbres nuevas que en este momento aún no conocemos. Por lo tanto, es muy importante seguir con la misma disciplina y diversificación en los portafolios, respetando el perfil de riesgo de cada inversionista y no invertir ciegamente todo el patrimonio en activos de riesgo, teniendo claro que los inversionistas no pueden dirigir el viento, pero sí es posible ajustar el velero para navegar frente a tiempos mejores.