Indudablemente nadie duda de la importancia de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) dentro de las economías de los países de América Latina y el Caribe, a pesar de que no es posible determinarla en su exacta magnitud. Las MIPYMES tienen una importante contribución al crecimiento económico, la competitividad, la innovación y la creación de empleo de los países de la región.
Hay actualmente otros retos a los cuales se debe hacer frente como por ejemplo insertarse en el modelo de las empresas del siglo XXI, es decir, que sean modernas, adaptables, con una estructura básica con flujos de procesos definidos y consistentes. Como consecuencia, muchos gobiernos e instituciones privadas han puesto en marcha políticas y programas para promover a este segmento empresarial. Es así que gobiernos nacionales, entidades supranacionales de la región, entidades multilaterales, y también las empresas privadas tienen necesidad de una información, sobre las MIPYMES, sistematizada, fiable, comparable, y analizable de forma dinámica en el tiempo, para propósitos diversos, como decisiones sobre el diseño de políticas públicas nacionales y subnacionales, desarrollo de estrategias de país y estrategias de mercadeo en el caso de las empresas privadas.
Paradójicamente, pese a la gran importancia de las micro, pequeña y medianas empresas para las economías de la región, es poco lo que conocemos en detalle sobre ellas. Con definiciones que varían entre países e incluso entre sectores económicos, es difícil monitorear el desarrollo de estos grupos de empresas al interior de cada país, y peor aún realizar análisis comparativos de corte transversal.
En el presente artículo se proporciona algunos datos de la MIPYME en Honduras y su acceso a los fondos de garantía puestos a disposición por el gobierno de Honduras a través del Banco Hondureño para la Producción y la Vivienda (BANHPROVI) y el Banco Centroamericano para la Integración Económica (BCIE) en el marco del apoyo a la reactivación económica para paliar los efectos negativos provocados por el paro económico y laboral provocado por la COVID -19.
La principal fuente de información proviene del estudio realizado mediante la encuesta empresarial de Honduras por el Consejo Hondureño de la Empresa Privada en el año 2017. (1) Y los decretos legislativos que dieron vida a los mecanismos temporales de alivio y a los fondos de garantía.
La clasificación indica que la microempresa se caracteriza principalmente por un gran número de empresas que no superan los 20 empleados y con un alto grado de informalidad, por su parte la pequeña y mediana empresa los empleados oscilan entre los 21 y los 100 empleados y la denominada gran empresa cuya característica en términos de empleo es mayor a 100.
Como expresado anteriormente la MIPYME cumple un rol protagónico en el desarrollo socioeconómico del país. Particularmente en el combate a la pobreza. Su aporte a variables claves de la economía como el empleo y consecuentemente la distribución de ingreso, se estima que hay aproximadamente 300,000 MIPYMES que generan el 70%; cerca de un millón de los empleos en el país y su aporte al Producto interno bruto (PIB) es del 50%.
Pese a que hay en el país importantes esfuerzos para apoyar con políticas de financiamiento a las MIPYMES el acceso al crédito sigue siendo una de las principales limitantes, esta situación se ha puesto de manifiesto con mayor relevancia a consecuencia del receso económico provocado por la pandemia del COVID-19.
Hay al menos 4 medidas que hasta ahora ha sido puesta a disposición por El gobierno de Honduras a través del Banco Hondureño para la Producción y la Vivienda a los afectados consisten en:
- Mecanismos de alivio temporales a los deudores afectados independientemente de la categoría de riesgo que registren
- L.200,000.00 millones de lempiras para la industria de la construcción en el sector de vivienda de clase media
- Fondos para agrocrédito o líneas de crédito a los bancos, cooperativas, microfinancieras y cajas rurales
- L. 51.0 millones para crédito solidario
Por su parte organismos de crédito regional como el Banco Centroamericano de Integración Económica con el apoyo de la Cooperación Financiera Alemana a través del KfW y la Unión Europea, aprobó una Facilidad de Apoyo al Sector Financiero por US$350.0 millones para los países centroamericanos y Republica Dominicana para el financiamiento de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) afectadas por la crisis del COVID-19.
Aunque las medidas fueron relativamente rápidas en ser tomadas la implementación de esta vía acceso a dichos fondos no ha sido en la misma sintonía.
Probablemente esto se debe a que como los fondos son canalizados a través de la banca privada los requisitos y las gestiones obedecen a los trámites bajo circunstancias normales de condiciones de crédito y otros análisis.
La situación actual requiere de procesos ágiles y flexibles que permitan un rápido acceso al financiamiento.
Una posible solución para ello puede ser que las instituciones de crédito implementen a través de sus unidades de riesgo un esquema al estilo de rescate financiero en donde se realice el análisis profundo para los afectados y que están apegándose a las mediadas de alivio y les apoyen realizando sus flujos de efectivo proyectados con el propósito de saber con precisión el tiempo de repago que necesiten y en el cual realmente pueden llevar a cabo la cancelación de la operación y adicionalmente no volver a caer en condiciones de mora o falta de pago que eventualmente requiere de nuevas readecuaciones.
(1) Esta es la información más reciente que se ha realizado mediante la participación de varias entidades como USAID por medio del proyecto: “Transformando Sistemas de Mercados”, el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), el Centro de Estudios de Competitividad de América Latina de la Bussines School INCAE, y la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) por medio del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES).
Hernán Jacobo Lagos es Director Ejecutivo de Confíe, Consultores en Mercadeo, Economía y Finanzas en Honduras.